Ernesto Laguardia presenta su lado humano…
Aunque el actor es un cruel villano en la telenovela ‘Corona de Lágrimas’, en la vida real es un padre muy amoroso con sus 3 hijos.
Ernesto Laguardia interpreta al villano ‘Romulo’ en ‘Corona de lágrimas’.
Para Ernesto Laguardia, de 53 años, no hay tiempo más valioso que el dedicado a su esposa Patricia y sus 3 niños: Bárbara, de 5 años; Santiago Ernesto, de 3, y Emiliano, de 1. El actor va a todos lados con ellos y siempre está al pendiente de sus necesidades, tal y como sucedió cuando hace 2 años se mudó a Miami para trabajar en ‘Despierta América’.
En octubre del año pasado recibió una oferta para regresar a la Ciudad de México y aunque sigue con mucho trabajo, su tiempo libre lo pasa con sus seres queridos. Platicamos con él al respecto:
-Ernesto, estuviste los últimos 2 años viviendo en Miami, ¿cómo fue este retorno a México?
“Gracias a Dios me ha ido muy bien, la experiencia que tuve en Estados Unidos fue regocijante, una forma de trabajar distinta. Me levantaba a las 3 de la mañana y empezaba a grabar desde la madrugada; al mediodía ya podía regresar a casa, pero no a dormir, sino a estar con mi familia. Me fue muy bien en ‘Despierta América’, hasta que El ‘Güero’ Castro me hizo el favor de llamarme para ‘Corona de lágrimas’; tenía ganas de trabajar con él”.
-Entonces, ¿regresaste a tu país porque te invitaron a la novela?
“Así es, José Alberto es un buen amigo y productor, así que yo encantado de trabajar con él, y más con el personaje de ‘Rómulo’. Si no hubiera tenido algo seguro, no regreso. Estoy en un momento fantástico como actor, esposo y papá; me siento feliz y pleno”.
-Hablando de tu faceta de padre, hace unas semanas vimos que te diviertes mucho con tus hijos…
“(Ríe) Es que con ellos vuelvo a ser niño otra vez, y hago todo lo que ellos hacen, me subo a los juegos o me monto en la bicicleta; más cuando vamos al parque. Mis niños, Barbarita, Santiago Ernesto y Emiliano, son mi mayor tesoro y mi alegría, al igual que mi mujer. Me siento como pavorreal, me encanta llevarlos a todos lados. Paty y yo sabemos que los hijos son prestados, por eso los aprovechamos al máximo”.